Las adicciones que vienen acompañadas por una patología dual (trastorno mental y trastorno adictivo) son grandes factores de riesgo que están asociados al suicidio.

Padecer una adicción, ya sea de sustancias o comportamentales, provoca una vulnerabilidad y sitúa a la persona totalmente fuera de la realidad, como si se encontrara en una burbuja ajeno a todo.

Consecuencias de la adicción

El adicto pierde la noción del tiempo, su percepción de la realidad se ve modificada, y es aquí donde parece que sus problemas desaparecen.

Claro está que esto es una simple ilusión, porque la realidad es que, las adicciones traen consigo problemas graves como fuertes discusiones con la pareja, la familia o desembocan en situaciones trágicas que pueden provocar pensamientos suicidas.

El consumo de sustancias favorece la impulsividad, la violencia y la desinhibición que pueden provocar al individuo realizar un intento de suicidio. El consumo de drogas no provoca directamente un intento de suicidio, pero sí está relacionado con este tipo de conductas.

Existen algunas drogas que hacen frecuente la aparición de pensamientos suicidas, a pesar de que nunca se vayan a producir.

En muchos casos, tiene lugar una idealización del suicidio porque la persona lo ve como una solución a todos sus problemas, como una forma de escapar de la realidad.

¿Por qué las adicciones aumentan el riesgo de suicidio?

El consumo de drogas provoca efectos negativos en la salud tanto física como mental de la persona adicta, llevándole en algunos extremos a un intento de suicidio.

Algunas de las causas por las que las adicciones pueden aumentar la tentativa de suicidio son:

• Síndrome de desánimo. Las drogas provocan que la persona que consume experimente tener un sentimiento constante de desmotivación. No le gusta nada, no quiere hacer nada, ni le apetece. Todo lo que hacía antes de ser dependiente de una sustancia le ha dejado de gustar y ya no tiene hobbies ni intereses. Lo único que quiere es seguir consumiendo porque es lo que le llena en estos momentos.
• Problemas económicos. El principal y único objetivo del adicto es consumir. Así que, gastará todo su dinero, y en caso de hacerle falta, también el de las personas que están a su alrededor, llegará incluso a robar y endeudarse. Hará lo que esté en su mano con tal de poder seguir con su adicción. La desesperación por los problemas económicos que tiene o los que ha ocasionado a su familia sumado al hecho de que posiblemente haya perdido su trabajo por la adicción hará que ésta crezca. La ludopatía aumenta la probabilidad de aparición, de ideación e intención suicida. Este sentimiento aparece asociado al arrepentimiento y pánico ante la situación vulnerable de problemas económicos y el aislamiento o el rechazo social.
• Alucinaciones/psicosis que pueden provocar la muerte “sin que sean conscientes”. El adicto entra en un estado mental en el que sus percepciones sensoriales no se corresponden con la realidad. Ve, siente y oye diferente. Este hecho, le puede llevar a realizar acciones peligrosas que pueden desembocar en una muerte involuntaria.
• Los trastornos mentales. El consumo de drogas puede provocar la aparición de trastornos mentales, como por ejemplo, la depresión, la esquizofrenia, el trastorno de la personalidad o ataques de pánico. Estas enfermedades mentales pueden aumentar el riesgo de suicidio.
• Deterioro de las relaciones sociales. La relación con la familia y amigos se ve afectada por la conducta adictiva. La comunicación y el trato empeora con el paso del tiempo, llegando incluso a romper las relaciones y conseguir que los seres más queridos se alejen.
• El estigma social. Las personas con una adicción se sienten juzgadas y señaladas por la sociedad. A día de hoy, el trastorno de adicciones todavía sigue siendo un tabú, no se trata con normalidad, como una enfermedad, sino que aún tiene un cierto estigma. Si ya de por sí es un tabú el tema de las adicciones, el suicidio por adiciones todavía lo es aún más.

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